Si no ofreces a los clientes el contenido que desean–de la forma en que quieren–pronto estarás sin clientes.
Tú quieres que tus clientes lean tus correos electrónicos, tus tweets, tus mensajes de Facebook y tu blog. Si lo están haciendo ya, genial: Felicitaciones.
Pero cuidado: Demasiadas empresas se salen de su camino para molestar a los clientes y conseguir que ellos cancelen su subscripción o los rechacen–a menudo sin darse cuenta del problema. Eres culpable de esto?
1. Evita los Crímenes de Contenido
Éstos son algunos de los peores crímenes de contenido:
- Usar gráficos Flash como la primera página de un sitio, de tal manera que cualquier persona que no está en una computadora portátil o de escritorio no puede ir más allá de esa página
- Usar montones de gráficos de alta resolución en un correo electrónico, sin darse cuenta de que un sinnúmero de personas están leyendo su correo electrónico en un dispositivo Android en una tierra de mínima conectividad
- Hacer que los enlaces sean difíciles de encontrar o leer–o, peor aún, hacer que los lectores (o, como probablemente deberías pensar en ellos, clientes) se desplacen hasta el final de un correo electrónico para encontrarlos. Alguna vez tuviste que desplazarte a través de 10 páginas de texto en un dispositivo móvil?
Absolutamente nada me vuelve más loco (y me hace cancelar la suscripción a un boletín de noticias, o salir de un sitio, más rápido) que no poder leer un correo electrónico o sitio web porque estoy en mi Android o iPad y no delante de un computador normal con un cliente de correo electrónico regular.
Si eres uno de los culpables: Por qué te sales de tu camino para causar dolor a las mismas personas que pagan tus facturas?
2. Respeta Las Diferencias de Tus Clientes
Estas son algunas cosas generales a tener en cuenta acerca de los clientes y el consumo de contenido.
- Las plataformas varían: No tenemos control sobre cómo el cliente recibe su contenido, él lo tiene.
- Los clientes esperan privacidad: Sólo porque tienes toda su información de contacto no significa que tienes derecho de usarla.
- Los hábitos de los clientes varían: Antes de llegar primero a un cliente, conoce exactamente cómo desean recibir su información. Y piensa en detalle: Recibir el correo electrónico en una computadora de escritorio es una experiencia muy diferente que en un BlackBerry. Hay una razón por la que los correos electrónicos de texto no han desaparecido.
- Dirígete hacia donde los clientes están: Si la audiencia no está donde estás tratando de llegar a ellos, no los alcanzarás. Suena simple, pero demasiadas empresas todavía tienen que resolver esto.
3. Mantén Las Cosas Simples
Es muy bueno mantener un ojo sobre las tendencias de la tecnología, pero recuerda que tus clientes son más importantes que la población en general. Hace dos años, tuve un cliente que me dijo: “Pero todo el mundo tendrá correo electrónico HTML completo en todos los dispositivos en el año que viene!” Pero la verdad es que algunos clientes todavía quieren correo electrónico sólo de texto. Asegúrate de tener una versión de respaldo que los hará felices.
Yo pruebo probablemente cerca de 30 teléfonos al año, y en cada uno, me aseguro de leer un correo electrónico con HTML completo con fotos. Todavía tengo que encontrar uno que se vea tan bien como en una computadora portátil o de escritorio. Esto no quiere decir que no se ven “BIEN”, pero BIEN no es lo suficientemente bueno cuando estás tratando de dar a tu público lo que quiere.
4. Prueba Tus Enlaces
Si estás tratando de influir en los compradores, toda tu operación tiene que ser transparente, fácil y sin defectos–de principio a fin. Crees que un cliente haga clic en Comprar de nuevo si no está seguro de que funcionó la primera vez?
Así que antes de enviar ese correo electrónico o tweet, antes de publicar en tu blog o añadir un enlace a Facebook, antes de que abras tu nuevo contenido al mundo, toma una precaución esencial: Prueba el enlace, el correo electrónico, o incluso la acción de compra tú mismo.
He aquí una historia con moraleja: Una amiga puso en marcha una nueva conferencia hace unos meses. Había preparado todo para el gran lanzamiento, alineado la cobertura de prensa y la publicidad, y la puso en marcha.
Lo que ella no hizo, sin embargo, era hacer una transacción de prueba con su propia tarjeta de crédito para ver si la gente podía registrarse. Esto hubiera tomado unos 10 segundos y hubiera sido fácil devolver la cantidad a su tarjeta de crédito– y habría destacado los problemas que surgieron.
Lo has adivinado: Su banco no había autorizado su procesador de tarjetas de crédito todavía. Así que, aunque cientos de personas intentaron inscribirse para la conferencia en el segundo en que se anunció, ninguno de ellos pudo.
Ouch.
Yo nunca publico nada que pueda aumentar o disminuir la credibilidad de mi marca personal o profesional sin respirar profundo, alejándome, haciendo otra cosa durante unos minutos, y luego volver y verlo de nuevo.
Comienza a hacer esto. Ahora. Vas a encontrar errores de última hora–y podrías salvar a tu empresa tanto de decepción como de vergüenza.
Sobre el Autor
Peter Shankman es vice presidente y evangelista de pequeños negocios para Vocus. Él es el fundador de Help A Reporter Out (HARO), que fue adquirido por Vocus en el 2010. @petershankman
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