Ya hemos hablado en otros artículos de las funciones del lado derecho del cerebro, y como recordarás, el lado derecho tiene como parte de sus funciones, proveer la imaginación.
Los seres humanos damos rienda suelta a nuestra imaginación cuando somos niños, esto tanto para bien como para mal.
Para bien, cuando lo que imaginamos nos llena de emoción o felicidad, esto es por ejemplo cuando imaginamos volar sobre un Pegaso, o imaginamos que Santa Claus nos llevará a dar una vuelta en su trineo, o que un árbol nos puede hablar y contarnos hermosas historias del bosque.(ya puedes suspirar) .
O imaginamos para mal, cuando veíamos el oscuro pasillo, afuera de nuestra recámara y creíamos ver monstruos emergiendo de ese tenebroso rincón al fondo del mismo, o ver manos fantasmales que emergen de debajo de nuestra cama.
Cuando era niño personalmente tenía ambos tipos de imaginación, y ésta era muy viva tanto que casi podía decirse que estando despierto podía mantener activa esa imaginación y creía ver las cosas que imaginaba.
Pero como podrás suponer mis padres me ayudaron a reducir mis temores diciéndome precisamente que las cosas feas que veía, provenían de mi imaginación, en cuanto a las cosas agradables de alguna manera yo sabía que no eran reales y decidí seguir soñando, hoy mi imaginación no es tan viva, pero afortunadamente todavía conservo algo de ello.
En aquellos ayeres me gustaba leer revistas de historietas, mi papá no estaba de acuerdo con ello decía que eso frenaba mi imaginación, y que en los libros que no tienen ilustraciones es más fácil imaginar, apoyándonos en el lenguaje descriptivo de los mismos.
Esto es muy cierto al interpretar el texto descriptivo obligamos a nuestra imaginación a crear el paisaje, la forma, los colores, la textura, en fin todas las características de lo que nos están describiendo, y si la imaginación se deja correr libre, ésta podría dar continuidad a su manera a lo que estamos leyendo, ofreciendo una ilustración como ningún artista podría plasmar.
Aquí es donde se encuentra el nexo entre la imaginación y la creatividad, si empezamos con una idea básica y buscamos la manera de asociarlas y combinarlas, éste es justamente el trabajo de la imaginación. Por ejemplo intentar combinar las características de un elefante con un caballo, nos daría un caballo gordo con enormes orejas y colmillos emergiendo de su hocico. Sin la imaginación sería un tedioso, arduo trabajo y prácticamente imposible para el lado izquierdo del cerebro.
Si tienes una fértil imaginación, tienes un excelente aliado en el proceso creativo, y si tu imaginación no es tan buena no te preocupes al intentar desarrollar tu creatividad tu imaginación también entrará en un proceso de expansión al igual que la inteligencia.
Mientras tanto, lee mucho, practica y disfruta el humor, detén tu diario caminar unos segundos, para mirar cosas que no habías descubierto. Aviva tu curiosidad y verás las cosas de otra manera.
Recuerda que la imaginación es tu aliada en todos tus procesos creativos, pero no permitas ser dominado por ella, encáusala por donde quieras llevarla para tu propio beneficio.
Fuente: GenerandoIdeas.com
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